
Tras 8 años de espera y después de la noticia de su regreso, por fin llega el primer adelanto de "El Azogue", el nuevo disco de MAREA. El grupo ha estrenado hoy "En Las Encías" (mira el video más abajo).
En el nuevo video de a banda liderada por Kutxi Romero colabora el mítico boxeador Poli Díaz, apodado "El Potro de Vallecas", quien aparece en el video junto con el grupo en medio de un ring mientras estos tocan la canción.
"El Azogue" se pondrá a la venta el próximo 12 de abril a través de Warner Music. El nuevo trabajo discográfico del grupo navarro será el séptimo tras “En mi hambre mando yo”, publicado en 2011 con Kutxi a la voz, David Díaz ‘Kolibrí’ y César Ramallo a las guitarras, Edu Beaumont ‘Piñas’ al bajo y Alén Ayerdi a la batería.
El anuncio del regreso de MAREA fue acogido por los fans del grupo con una altísimo entusiasmo dada la gran expectación generada a lo largo de los últimos años. Entusiasmo que además se suma al reciente anuncio del regreso de LA POLLA RECORDS a los escenarios con un nuevo disco.
Escucha a continuación "En Las Encías":

Letra de "En Las Encías" de MAREA:
En las encías
Seré como una faca en la garganta
de un amor interrumpido.
Mi voz es un pulmón tan renegrido
como el agua de fregar.
Me suena, en las encías, el destino,
como una seguiriya con bozal.
–Eduardo, llévame a Cantocochino,
que no quiero ver el mar.
Seré un trozo de luna
podrido y resiliente;
el dueño silencioso
de una lengua candente.
Seré el cuerpo presente
que se metió el futuro en el calzón.
Que el aire en la avenida,
por siempre emputecido,
me traiga, en las alforjas,
lo que pudo haber sido.
Que el barro desabrido
se coma, en Berriozar, el corazón
que quede de mí.
Me estampo contra el raudo calendario
a la espera de otra nube;
no salen ni las cuentas del rosario,
si me da por no morir.
La tromba llegará hasta la rodilla,
la tarde que me empieces a llorar;
cuidado con Peter Pan, mi Campanilla,
no lo tengas que velar.
Seré la fosa errante
de un verso maloliente
que no encontró el sentido
a no querer quererte;
que se bebió los ríos,
y fue a desembocar en tu rincón.
Quizá, el poema en celo
que se jugó los dientes,
te muerda como nunca,
ladrando como siempre,
y vuelva del hastío,
quemando su navío en el sillón.
Seré la desvergüenza de un tal Judas,
que treinta veces te niegue –y luego más–;
que se ha metido una vela tan cruda
que no la puede tragar.
Buscaba en las alturas pala y pico;
buscaba la ballena de Jonás.
Me fui a desenterrar a Federico
para nunca regresar.